El marido es jefe de la sociedad conyugal, y como tal administra los bienes sociales y los de su mujer; sujeto, empero, a las obligaciones y limitaciones que por el presente Título se le imponen y a las que haya contraído por las capitulaciones matrimoniales [...].
Cuando leo artículos de temática feminista chilenos con análisis culturales sutiles y veo que a la vez subsisten preceptos legales tan impresionantes como ese que no parecen suscitar mucho rechazo, no entiendo nada.
Hoy en día nadie se casa por amor. Los que de verdad se casan lo hacen por la iglesia o por la Ley de Matrimonio Igualitario y tirando la casa por la ventana, el resto lo hace para que los créditos hipotecarios no les queden tan asesinos.