Algo me dice que la apuesta del siglo no es cambiar de hegemón, o crear un mundo bipolar o siquiera multipolar. La apuesta es por el desorden, por el viejo y confiable: divide y vencerás.
Todo lo que veo son procesos sociales/económicos/políticos demasiado complejos para ser controlados. Abrieron la caja de pandora con esta última globalización llena de híper-especialización y rebase de límites ecológicos.
A lo mejor el objetivo es el desorden. Quién sabe. Tal vez es el único plan que pueden llevar a cabo dadas sus condiciones de clase o en una de esas estamos en un callejón sin salida del sistema, tipo "demasiado grande para fallar. Demasiado grande para ser salvado". Algo así como lo que le pasó a la URSS antes su colapso.